miércoles, 21 de julio de 2010

Celebracion Bicentenario Plaza de la Aduana














publicado en: http://concejo-de-cartagena.blogspot.com

viernes, 16 de julio de 2010

Puedes ayudara a los damnificado del invierno en Cartagena a una Familia








Queremos ayudar a unas familias en estas condiciones con mano de obra, cemento, etc para colocarle una plantilla y mejorar las condiciones de vida. Lugar encuentro Favipan del Caribe Plaza, Sector San Andresito, 9 am, sábado 17 de Julio

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en especial queremos ayudar una vivienda donde viven 10 niÑos y tres familias,


La tragedia llegó a la misma hora a los hogares de Dennis Padilla Tapias y Aida del Carmen Guillén Rodríguez. Ambas dormían cuando quedaron atrapadas bajo tierra y escombros. Nadie las pudo salvar. Ellas y la pequeña hija de Aida, de apenas 16 meses de nacida, son las tres primeras víctimas de un invierno que no da tregua en Cartagena.

Dennis y Aida eran casi vecinas. Sólo las separaba la calle que divide los barrios La Paz y Pablo Sexto II. En común tenían que vivían en lo más alto de una colina y que desde hace mucho convivían con el peligro. Un peligro del que mucho se habló, pero poco se escuchó. A Dennis, de 38 años y madre de cinco hijos, la reubicaron con su familia hace dos años en la urbanización Flor del Campo. Por falta de espacio en esa casa, decía, frecuentaba casi a diario la vivienda de uno de sus hijos en lo más alto del sector Sinaí, una zona conocida como El Pesebre. En Flor del Campo sólo residen dos hijos de Dennis. El resto de la familia Padilla Tapias seguía en El Pesebre a la espera del traslado a otro sector. La tragedia agilizará la mudanza. A Aida Guillén, de 35 años, y a su pequeña hija, Rosiris, les causó la muerte la casa deshabitada y en mal estado que tantas veces fue denunciada para que la destruyeran.

"Fue al baño y se salvó" César Lobo se levantó al escuchar la primera centella. Al llegar a la sala vio que sus hijos y nietos tampoco podían dormir por el aguacero. Recuerda que era la 1:15 de la madrugada. Fue al baño y de regresó sintió el estropicio. Una enorme roca tumbó la pared y cayó sobre la cama donde dormía Dennis. Todos se alarmaron. César gritó por su mujer y sus hijos se fueron en su ayuda. También sus vecinos. La tierra seguía deslizándose por la colina y parecía tener como único camino la casa de los Padilla. En medio del agua, con palas y a mano física, un grupo de hombres pudo remover la roca y sacar a Dennis. Bajarla de allí a la calle principal de La Paz fue otro vía crucis. Al final, después de unos 20 minutos, pudieron trasladarla al CAP de La Esperanza. Los médicos dicen que llegó muerta. "Aquí nada se salvó. La cama donde dormía mi mujer quedó enterrada en el alud. Perdí todo, sólo me rescataron un televisor y la nevera. La ropa que tengo es prestada. Ni los documentos se me salvaron", narra César Lobo, quien asegura que llevaba 25 años viviendo en esa zona.

"Sálvame, sálvame" Cristóbal Ortega sólo pudo saltar cuando vio que la pared se le iba encima. Al darse vuelta, ya no estaban ni su mujer ni su pequeña hija. Las dos quedaron debajo de las estructuras de una vieja casa que colinda con el patio de su vivienda y que está en lo más alto de la colina que divide Pablo Sexto II con Paraíso II. José Guillén, hermano de Aida, estaba en la sala al igual que el resto de la familia espe-rando que escampara. Dice que no sintió ningún ruido, quizás por la lluvia, pero al prender un foco vio el cuarto de su hermana sepultado por escombros y tierra. "Tratamos de sacarla a ella y a la niña, pero se vino enseguida una avalancha de tierra negra. A mi hermana sólo se le veían los pies. Al tocárselos, oí a los lejos que me gritaba que la salvara. "Creo que duramos 20 minutos para sacar a Aida y a su hija. La niña ya estaba muerta. Aida tenía los ojos abiertos, pero no reaccionaba. Le di respiración boca a boca y maniobras de masajes cardíacos, pero tampoco respondió. Ya iba sin vida cuando la llevamos a la clínica San José", relata José Guillén Aida era madre de tres hijos y trabajaba en un programa del Distrito dictando charlas para mujeres embarazadas. En esa casa, que su padre compró hace más de 30 años, vivió desde que nació. Hace dos años, recuerda José, comenzó la angustia para ellos. "La familia que vivía arriba de nosotros la reubicaron. La casa quedó abandonada y se fue deteriorando. Varias veces nos quejamos ante la Alcaldía para que la destruyeran, pero siempre venían y nos decían que después lo hacían. Hoy –ayer-, no sólo se vino parte de esa casa, sino el barranco que teníamos en el patio", manifiesta José.